jueves, 25 de septiembre de 2008

Latinoamérica, prueba de fuego

Latinoamérica, prueba de fuego

Julio Mariñez Rosario




Doce repúblicas firmaron el Tratado Constitutivo de la Unión de Naciones Suramericanas el día veintitrés de mayo del 2008 en la ciudad de Brasilia, capital de la República Federativa del Brasil.
En sus iniciales cien días enfrentan una verdadera prueba de fuego: el desborde de la crisis boliviana con sus primeros fallecidos. Entre los objetivos específicos de Unasur se reseñan, en los literales “s” y “t” los siguientes: s) el intercambio de información y de experiencias en materia de defensa; t) la cooperación para el fortalecimiento de la seguridad ciudadana.

El texto pasó la prueba en la cumbre presidencial que convocó la presidente Michelle Bachelet para el lunes 15 de septiembre en Santiago de Chile. En la reunión, que se dio a puertas cerradas, es posible que se hayan confrontado la postura del presidente Hugo Chávez, quien había anunciado el envío de tropas venezolanas al territorio boliviano en caso de que el gobierno de Evo Morales caiga producto de la crisis, conflicto al que ambos presidentes culpan a los EEUU y han declarado persona non grata a los respectivos embajadores estadounidenses, colocando las relaciones bilaterales con la potencia del norte en situación de conflicto.

De su lado, la mayoría de los presidentes suramericanos, quienes han declarado – en diferentes tonos haciendo llamados a la calma, al diálogo y a la concertación. Allí estuvieron frente a frente las dos posturas de la izquierda suramericana. De un lado el discurso fogoso, antiimperialista, rememorando la guerra fría y la vieja tesis del Che Guevara de crear muchos Vietnam en la región, motorizados por el petroleo; y del otro lado, la tesis del becerro manso, de parte de Lula y Bachelet, presidentes de las dos economías más sólidas y prosperas de Suramérica, quienes llaman a la paz y al consenso como mecanismos fructíferos para el desarrollo económico, la creación de riqueza, el fortalecimiento institucional y la aplicación de políticas públicas que redunden en beneficios sociales para los más necesitados, mejorar la calidad de vida de la sociedad en general y aplicación de programas de verdadera y efectiva justicia social.

La Declaración del palacio presidencial de La Moneda, firmada por los jefes de Estado de los países miembros de Unasur en Santiago, fue un llamado al diálogo. Significa un fuerte compromiso con la vigencia del régimen constitucional en Bolivia y la legitimidad de su presidente Evo Morales. Igualmente hacen un llamado al encuentro para establecer las condiciones que permitan superar la actual situación y consensuar la búsqueda de una solución sustentable en el marco del respeto al Estado de derecho y la institucionalidad vigente.

El diálogo, de hecho, reconoce una situación en la que al menos dos partes se confrontan y ambas tienen fuerte respaldo popular. La misma obvia alguna referencia a injerencia de países extranjeros, lo que deja fuera del tema tanto a los EEUU como a Venezuela, gobiernos acusados de intromisión por los sectores bolivianos en pugna. También evade la tesis guerrerista antiyanqui, que tanto ha pregonado el presidente Chávez. Aquí, nadie es inocente.
Unasur pasó esta primera fase de la prueba de fuego. Resolver problemas regionales sin la presencia de los EEUU es una experiencia positiva que dice mucho en favor de las naciones latinoamericanas. Ese es el punto medular del tema y no permitamos que los árboles nos impidan ver el bosque.

Publicado en el Listín Diario, 24/09/2008

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Ciberdemocracia

Ciberdemocracia
Julio Mariñez Rosario


Mucho se habla de incorporar la informática al ejercicio democrático. Se dialoga sobre cómo será la democracia del futuro, en el que cada persona tendrá acceso al voto electrónico y haremos realidad el ejercicio de la democracia directa. Hablamos y hablamos del tema sin detenernos unos instantes a meditar sobre el mismo. De sus ventajas, pero también de sus inconvenientes. No perdamos de vista que todo ejercicio de una práctica siempre tiene su bemol.

“En teoría, es verdad que simplemente apretando una tecla cada ciudadano puede dar a conocer su opinión al gobierno, o incluso aprobar una ley. En esta ciberdemocracia desaparece el debate, el decidir juntos, la noción misma de interés común. Estamos en el extremo opuesto de la democracia directa”. Quien así opina es Giovanni Sartori, un clásico de la ciencia política.

Profesor emérito de la Universidad de Florencia y catedrático de la Columbia University de Nueva York, Sartori es un investigador científico y un sesudo analista de las piezas de la ingeniería política, ha estudiado los sistemas de partidos y su interrelación con los sistemas electorales, evaluando las diferentes variables que interactúan y arrojando conclusiones que marcan, en buena parte, el éxito de los partidos de acuerdo al sistema electoral en donde participan.

Sartori es un estudioso de la democracia. Reflexiona sobre los elementos que la componen, la definen y sobre qué variables pueden considerarse democráticas y cuales no. Su abstracción es de una profundidad que tiene que ver con los valores, escrutando su contenido, sus expresiones en el mundo real y calificando, bajo su óptica académica, qué regimenes se pueden considerar democracias y cuales no.

Por ejemplo, las llamadas democracias populares para Sartori no son democracias. Y esta definición tiene que ver con el criterio de sistema y antisistema y la importancia de los partidos políticos en dicha dicotomía. Este dato es de suma importancia ya que podemos valorar el papel que juega un partido dentro de una democracia formal, si su accionar es en función de fortalecer las instituciones democráticas o, de lo contrario, mina las mismas persiguiendo debilitar el sistema y sacar provecho a la situación. Sartori se fijó en el Partido Comunista Italiano y en los de otros países. Aunque el PCI trabajaba en función del mantenimiento del sistema político italiano, su ideología per se era antisistema y como tal había que considerarlo. Analiza igualmente al Partido Comunista Alemán de la República de Weimar y al Partido Comunista Chileno, obteniendo las mismas conclusiones.

Su análisis del sistema electoral y su relación con los partidos políticos como pilares esenciales de la democracia lo lleva a meditar en profundidad sobre el tema de la ciberdemocracia. La frase que destacamos anteriormente es suficientemente clara y es una advertencia para quienes pretenden utilizar una herramienta -verdaderamente útil y de un significado estupendo en manos de verdaderos demócratas- como una trampa cazabobos, incorrectamente y de manera superficial; evitando el debate profundo y el necesario contacto humano, que siempre le da un sentido diferencial a las posiciones.
Publicado en el Listín Diario 17/09/2008

miércoles, 10 de septiembre de 2008

¡Nooo, aunque sean eunucos!

¡Nooo, aunque sean eunucos!
Julio Mariñez Rosario


Un gobierno que se ha destacado por el uso abusivo de los fondos públicos en función de los intereses de la claque gobernante, sin importarle el deterioro de la institucionalidad democrática, la legitimidad de sus actos o decoro de la dignidad pública, pretende meterle la mano a los mas más de 60,000 millones de pesos de la Seguridad Social y hacer fiesta a discrecionalidad con ellos. No podemos creer que serán utilizados en términos de probidad y eficiencia, aunque nos digan que un grupo de eunucos cuidarán de los mismos.


Recordemos a Constantino y aprendamos de la historia las lecciones para un mejor desempeño en beneficio de nuestra colectividad. Constantino, quien fue emperador de Roma (306-337 DC), como medida práctica para prevenir la corrupción solía castrar a los burócratas.


Para prevenir la corrupción, no para castigarla. Este hombre, reconocido por la cristiandad mundial como un modelo de virtud y santidad, pensaba que los funcionarios debían ser sólo leales al Emperador y no a ellos mismos o a sus familias. De allí que suponía que los eunucos se liberaban de las pasiones humanas, como la codicia u otras flaquezas, y podían dedicarse honestamente a sus funciones de servidor público. Constantino no pudo triunfar en esa batalla. A pesar de que los funcionarios no tenían esposas, hijos, amantes; la corrupción continuaba galopante.


El Emperador no logró formar un inmenso contingente de funcionarios que trabajaran honesta y desinteresadamente, más allá de sus ingresos legales, por el Estado y el pueblo de Roma. Esa batalla la perdió Constantino El Grande, a pesar de su radical medida de esterilizar a buena parte de la burocracia romana.


El punto central de la corrupción se encuentra en el estatismo asfixiante que limita la posibilidad de participación y de control por parte de diferentes agentes sociales. La raíz de las fuerzas que corrompen a los gobiernos está en ellos mismos, en la noción de que la solución a los problemas la tiene una claque que ejerce el poder y cuanto menos control tenga, más flexibilidad tienen para manejar los temas complicados que deben afrontar.


Los que así piensan, los que creen que la democracia representativa es un cheque en blanco sobre el que hay que presentar cuentas cada cuatro años en medio de una campaña electoral donde prolifera el ruido bullanguero y la malversación de fondos, consideran que el gobierno debe atender la solución de todos los problemas, sin observar que el gobierno, en muchísimos casos, es parte u origen del problema.


En caso de darle el zarpazo a los fondos de la Seguridad Social dominicana, por parte de un gobierno carente de legitimidad, que no ha mostrado respeto por los derechos ciudadanos, tendremos el triste espectáculo de contemplar una institución colocada en bancarrota, con sus dineros en vilo y una ciudadanía en la que crece la decepción por la democracia. En las manos de este gobierno, ni colocando eunucos a cuidarlos, estarán seguros los más de 60 mil millones de pesos dominicanos, patrimonio de los trabajadores pensionados.


Publicado en el Listín Diario, 09/09/2008

jueves, 4 de septiembre de 2008

La paradoja de Easterlin

La paradoja de Easterlin
Julio Mariñez Rosario


El profesor de la Universidad Southern de California, economista Richard Easterlin puso en circulación la llamada “paradoja de Easterlin” (1974); una teoría que aborda la relación entre el desarrollo económico de una nación y su nivel de felicidad. La conclusión es que el incremento productivo de una sociedad no hacen más felices a los miembros que la componen.

Explica, tras estudiar la evolución económica de los EEUU entre los años 1945 y 1974, que el aumento de riqueza no tiene una correlación directa con el crecimiento de los niveles de felicidad de la nación. Que a medida que se deja atrás la pobreza y sus implicaciones en términos de hambre, sed y frío, no se da un aumento equivalente en el nivel de felicidad en la población señalada. Esta teoría tiene amplia relación con la desarrollada por el politólogo Ronald Inglehart, de la Universidad de Michigan, quien estudio la tendencia de cambio cultural que resulta del crecimiento económico y la seguridad que ello implica. Inglehart fundamenta sus conclusiones en un ambicioso trabajo que se conoce como Encuesta Mundial de Valores.

Inglehart establece que una sociedad marcada por carencias es una sociedad “materialista” y orientada a valores individuales. Mientras que la sociedad “post-materialista” se fundamenta en ideas de autorrealización y participación. Evidentemente dos valores que resaltan en la tendencia son la educación y la profundización de la democracia.

Estos son dos temas álgidos en la sociedad dominicana, ya que la educación dominicana aun no prepara al conjunto de la sociedad y particularmente a la juventud, para afrontar los retos de un mundo complejo tanto por los niveles de requerimiento de conocimiento, como por la angustia que produce la exigencia de competir para lograr los escasos espacios donde poder lograr la autorrealización personal.

La democracia, el segundo valor, de idéntica manera muestra claras señales de retroceso al observar como se desvirtúan los procesos electorales con el abusivo gasto del erario público en favor de campañas partidarias, la planificada liquidación de los partidos políticos de oposición y el bloqueo sistemático de emprender una adecuada Reforma Constitucional que asimile creaciones de avanzada que haga de nuestra democracia una institución perfectible. De acuerdo a estos valores la República Dominicana, bajo este régimen de claro corte personalista y autoritario, se le hará muy difícil alcanzar niveles de autorrealización y democracia esenciales para dejar atrás definitivamente el nivel de atraso y de infelicidad que vivimos la mayoría de la población dominicana.
Publicado en el Listín Diario el día 04/09/2008