martes, 25 de noviembre de 2008

¿Vuelve Iván El Terrible?

¿Vuelve Iván El Terrible?
Julio Mariñez



En medio de la crisis financiera mundial, el estado de recesión económica que se anuncia en Estados Unidos y en otras regiones del mundo desarrollado, el freno de la economía China con las impredecibles consecuencias que en el orden social interno y sus implicaciones en la sociopolítica mundial; el intento de pasar por contrabando la reforma constitucional sin convocar a la sociedad, instituyendo el democrático mecanismo de la asamblea constituyente, los conflictos internos en los sectores que apoyan al gobierno, la imprevisión frente a la real amenaza de dificultad en materia económica por la manera alegre con que se manejan los fondos públicos, las repercusiones en materia social que el gobierno no está en capacidad ni de preveer ni de enfrentar y otras muchas realidades que nos agobian en nuestra media isla llena de contradicciones; poco nos ocupamos de un juego geopolítico que nos afecta de manera directa.

El ciudadano tiene demasiados problemas para atender tanta información. Pero los políticos no. Esa es nuestra función, es el rol que escogimos y lo menos que debemos es intentar hacerlo bien.
El conflicto entre Rusia y Georgia agrió aún más las deterioradas relaciones entre Washington y Moscú. Estados Unidos han desplegado fuerzas navales extraordinarias en el mar Negro y ello trajo como contrapartida un movimiento ruso en Latinoamérica. Pero ese movimiento va más allá de la simple presencia de dos aviones bombarderos TU-160 de altísima tecnología capaz de volar a través del globo terrestre y descargar su mortífera carga atómica o del súperbarco Pedro El Grande o las adquisiciones venezolanas de 100,000 fusiles Kalashnikov AK-103, 53 helicópteros y 24 aviones Sukhoi de factura rusa, por un monto cercano a los 4,400 millones de dólares, a lo que se agrega ahora un lote de tanques rusos tipo T72 y “tanques de reconocimiento” para reemplazar algunos de los equipos obsoletos que tienen los militares venezolanos. Va más allá el tema.

Ha llegado a esta parte del mundo un personaje conocido con el nombre de Nicolai Patruschev, general del ejército y secretario del Consejo de Seguridad del Kremlin. Pero ¿quién es en realidad? Patruschev es un abogado y militar quien pasó la mitad de su vida como agente secreto de la KGB y luego a la orden del Servicio Federal de Seguridad (heredero de la KGB), fue su director y ahora transita por el Caribe y Latinoamérica gracias a las relaciones ruso venezolanas.
Según los reportes de prensa, Patruschev desde agosto de este año ha estado en La Habana, ha realizado giras que lo ha llevado a conversar con los altos dignatarios de Ecuador, Argentina y Venezuela. Se ha iniciado una relación diplomática directa, con la apertura de la embajada de Rusia en el Paraguay.

Bien dice el vocero de la cancillería rusa, Alexei Sazonov: “Regresamos a América Latina y regresamos para siempre”.

El hecho de que los rusos muestren interés por América Latina y el Caribe es entendible, claro, siempre y cuando sea en función de paz y progreso para nuestros pueblos, pero jamás meternos en un maligno juego geopolítico de la mal recordada guerra fría, en el cual, algunos dirigentes, frente al drama social de la región, hicieron el papel de tontos útiles, exportando su materia prima, dejando en el tiempo, sus comunidades con los recursos naturales agotados y sumidas en la pobreza.

¿Cómo incidirá en el escenario mundial, la presencia del nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en los planes y perspectivas de la otrora poderosa URSS, venida a nenos como la Rusia actual? ¿Se validará la doctrina Monroe? “América para los americanos” ¿O se retomará desde la Unión de Repúblicas Socialistas Sovéticas, la perestroica-glasnost (reforma y transparencia), para la Rusia de Vladimir Putin y su pupilo Dmitri Medvédev? ¿Podría resurgir, con una nueva modalidad, la Guerra Fría, que tanto atrasó a los pueblos subdesarrollados del mundo, por más de medio siglo?

¿Resurgirían como fantasmas: Iván El Terrible y Juan Vicente Gómez en función de caudillos de opereta? ¿O todo será el preludio de un nuevo tejido social, que facilitaría la llegada del verdadero Socialismo Democrático y la solidaridad Internacional, para Latinoamérica y el Caribe?

¡Ojalá que así sea!


Publicado en el listín Diario, 25/11/2008

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Implosión capitalista

Implosión capitalista
Julio Mariñez


Muchos trasnochados que sueñan con la vuelta del totalitarismo soviético y su extensión por América Latina, aplauden la cíclica crisis del capitalismo en su expresión más protuberante: la financiera de las hipotecas basuras. Hablan de la fortaleza del tipo de socialismo chino frente a la debilidad de las democracias liberales y otras dirigidas por partidos socialdemócratas como España.
Creo que es pertinente aclarar algunos puntos que, una vez colocados sobre la mesa, demostrarán el baluarte que significa la doctrina socialdemócrata frente a los regímenes de fuerza enmascarados en una suerte de galimatías intelectual que llaman comunismo.
Lo primero es que China ha logrado despertar económicamente y crecer con velocidad gracias a políticas claramente marcadas como capitalistas, pero de la peor especie: Al estilo del siglo XIX, cuando no se permitían sindicatos, las horas de trabajo eran interminables, había un régimen laboral cuasiesclavo donde las mujeres y los niños no estaban exentos de sufrir las peores calamidades del sistema. Hoy en China hay mano de obra que se considera esclava por ONG internacionales.
Otro punto que no podemos obviar es la agresión desmedida que ha permitido el gobierno chino contra el medio ambiente. La industrialización se ha adelantado sin observar normas de defensa de la naturaleza. Los niveles de contaminación son agresivos y muchos productos chinos han sido decomisados por utilizar insumos nocivos a la salud. Recordemos el caso de los juguetes chinos.
Pero veamos otro punto capital. China para crecer requiere que Occidente se encuentre económicamente sano. China necesita crear 24 millones de nuevos empleos cada año. El número de agricultores que dejan el campo para incorporarse a la revolución industrial china es de 14 millones anuales. Eso hasta ahora era posible porque el 20% de las exportaciones iban a EEUU. Eso permitía que la economía creciera a un impresionante ritmo del 12% anual, como lo hizo en 2007.
Pero la crisis económica del capitalismo proyecta que China crecerá 9% este año. Que millones de familias pertenecientes a las clases populares, no podrán ascender económicamente al estatus de clase media. Que millones no podrán abandonar el campo para incorporarse a la vorágine industrial amarilla. Y no habrá una explosión social porque el régimen totalitario la reprime a sangre y fuego. Que el crecimiento de China, India, Brasil depende de un Occidente sano que permita comprar sus productos.
Es la misma relación que tiene República Dominicana con el turismo. China no es independiente y no puede serlo en este mundo globalizado. De allí que frente al fracaso del comunismo y el neoliberalismo, las tesis socialdemócratas de los cambios progresivos y adaptados a la realidad, con gobiernos orientados por un profundo sentimiento humanista, siempre serán mejores que aquellos que fracasaron en el experimento soviético o de otros que, ha pesar de manejar importantes sumas de capital, gracias a la posesión de materias primas estratégicas, no han podido aumentar el nivel de vida de sus pueblos.


Publicado por el Listín Diario, 15/11/2008

domingo, 2 de noviembre de 2008

Chindia

Chindia
Julio Maríñez Rosario

Frente al auge y caída del sistema económico neoliberal, sigue fortaleciéndose la opinión de numerosos futurólogos y analistas sociales, al afirmar que el porvenir girará en torno a potencias emergentes del hemisferio este, principalmente China e India.

De allí el nacimiento del neologismo que se conoce como Chindia, atribuido al político indio Jairam Raimesh, como un planteamiento académico y de vecindad. Ya ambos países, con la tercera parte de la población del mundo y sus grandes producciones y mercados, son factores imprescindibles en los procesos de negociaciones globales, apostando con bajos costos, a la competitividad de las próximas décadas, en los megamercados.

El desarrollo de tecnologías y servicios baratos, a base de que China e India gradúan medio millón de ingenieros y científicos al año, contra 70,000 en EEUU. Las proyecciones señalan un aumento de 35% para el 2008, contra una disminución de EEUU de 11% en investigación científica.

China ha desarrollado un audaz y exitoso programa de reformas económicas basado en un bien estructurado menú en el cual se equilibran políticas públicas gubernamentales e incentivo a la iniciativa privada nacional con el empleo de trabajo eficiente y económico, en el marco de una economía abierta al comercio internacional que atrae ingentes inversiones extranjeras e importación y exportación de tecnologías.

Tanto en China como en India se ha invertido importantes sumas de dinero. Más en el país de Confucio, la inversión en el 2006 superó la cantidad de 60,000 millones de dólares, soportando este desarrollo en modernas instalaciones fabriles. La India en cambio, se encuentra lejos de esos niveles, ya que para el mismo año la inversión apenas superó los cuatro mil millones de dólares, debido a una obsoleta estructura fabril, involucrada con aspectos culturales y políticos.

Otra diferencia importante se encuentra en relación a la renta y al PIB: los 720 dólares per cápita de la India están lejos de los 1,710 dólares de China. En educación, India gasta el 3.3% de su PIB; China el 8.8%, lo que en parte explica que actualmente en el índice de desarrollo humano India ocupe el lugar 121, mientras que el de China es el 81. Sin embargo, los bajos costos, la calidad, la innovación tecnológica y la seguridad de la inversión, hacen de India, un extraordinario país, que ingresa como potencia emergente del siglo XXI.

La India es un país con una estructura demográfica más joven, diferente a China que pronto tendrá que sufragar importantes recursos debido a su política de hijo único, que tiende a envejecer rápidamente a su población.

Otro tema importante es el capitalismo de estado chino, aperturando paso a paso su actuación, marcadamente autocrática, la cual poco tiene que ver con la democracia imperfecta de India, basada en el modelo político bicameral y volcada hacia la constitución de un estado laico, moderno e igualitario.

La India cuenta con referente mundial y está insertada en la Commonwealth Británica, viene inmediatamente después de China en cuanto a crecimiento y aunque la mayoría de su población tiene bajo nivel educativo, posee el mayor número de ingenieros y científicos en el mundo y es el mayor centro de tercerización de informática y de servicios telemáticos.

El crecimiento Chino ha sido descomunal. En 1975 el PIB de India superaba al de China en 9%, hoy sólo es el 40% del chino. La China es motor fundamental de la economía mundial, con un superávit comercial de 124,000 millones de dólares que invierte, mayoritariamente, en bonos del Tesoro estadounidense.

Se estima que 400 millones de campesinos chinos se trasladarán a las ciudades antes del 2020 pasando del actual 40% al 75% al sector urbano. Igualmente que la clase media crecerá en más de 300 millones. En los países occidentales una trasformación semejante llevó varios siglos.

Para un desarrollo sostenible, estos dos países deben crecer por encima del 8% del PIB. China necesita mejorar la innovación y dar mayor seguridad a la inversión, puesto que hoy por hoy, según Business Week, un 20% de los créditos bancarios son incobrables.

Todo este espectacular desarrollo tiene sus costos. Uno de ellos es sobre el medio ambiente. ¿Con el proceso político actual, la China de Deng Xiaoping se encaminará al Socialismo Democrático?, o ¿La fusión virtual de China e India (Chindia), se constituirá en uno de los instrumentos hegemónicos de la refundación del nuevo Capitalismo, a partir del Siglo XXI? ¡Alerta, con la aproximación de estos dos superpoderes del planeta!


Publicado en el Listín Diario, 02/11/2008