Tras finalizar la contienda electoral, las organizaciones e individualidades adelantan opiniones referidas a los resultados. Los partidos tienen la obligación de evaluar en detalle lo que ha sucedido, ya que son instituciones pilares y garantes del sistema democrático. Estas elecciones arrojan resultados que debemos colocar rápidamente en la agenda pública para debatirlas y se proceda con las correcciones.
El tema de la compra de cédulas y el uso abusivo de los recursos del Estado a favor del candidato reeleccionista fue denunciado insistentemente por Miguel Vargas Maldonado. Se comprobó el caso de la nómina “CB” y el uso de propaganda electoral en la publicidad oficial del gobierno. Lo escandaloso de la evidencia llevó a la misión de la OEA a denunciar la situación. Esta es una cuestión sobre la que la sociedad debe ejercer presión para que se formalicen mecanismos que eviten este tipo de delito, de agravio a la democracia.
El origen de la desconfianza electoral se generó de forma exponencial con la Resolución 58/2008 de la JCE, en base a la cual se podía votar sin fotografía propia. Esto, aunado a la compra de cédulas que coloca en manos extrañas un buen número de documentos de identidad, facilita el voto manipulado por parte de partidarios inescrupulosos. El tema del padrón electoral y la facilidad del voto deben ser estudiados con detenimiento ya que es el centro del acto electoral, eje fundamental del sistema democrático.
Las finanzas electorales deben ser otro tema de interés. Fue descarado el uso y abuso de recursos en esta campaña por parte de reeleccionistas. Hay hechos que permiten inferir la utilización de dineros públicos. Pero fue tan apabullante que resulta difícil no sospechar la utilización de fuentes “non santas” en la alimentación de la insaciable voracidad del gasto electoral. Corresponde a un Congreso que actúe con la responsabilidad que el caso amerita, legislar sobre la materia.
En materia de números, en el desempeño provincial, el PRD obtuvo mejores resultados que el PLD, ganando los blancos 17 provincias frente a 14 de los morados. Esto podría servir al Presidente reeleccionista para reducir el “apetito burocrático” de sus camaradas e imponerles normas de conducta como la institucionalización del culto a la personalidad, e intentar llevarlos maniatados a una reforma constitucional que permita la reelección indefinida, hecho que contará con el beneplácito de aspirantes continuistas en otras latitudes. En el PRD seguimos comprometidos con el pensamiento ideológico de Peña Gómez y rechazamos la reelección presidencial.
La abstención es otro tema de interés. El 29% es una cifra que debe estudiarse con detenimiento. En la provincia de Santiago llegó al 33%. Hay un porcentaje que corresponde a la compra de cédulas, eso es indudable. Pero, igualmente, una parte de la población siente que la democracia no le ofrece alternativas y con un gobierno que actúa con total desapego a los principios democráticos, lo que ocurre es que los ciudadanos y ciudadanas cada día se desencantan más y más del sistema.
El rol de oposición del PRD comprende fortalecer al partido como instrumento de defensa de la sociedad y, especialmente, combatir y corregir el talante autoritario de una claque reeleccionista que no se detiene en miramientos con el fin de obtener su objetivo continuista. El socialismo democrático prevalecerá.
Publicado en El Listín Diario, 28 de mayo del 2008